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Mientras las familias experimentan una ola creciente de inseguridad con casos cada vez más frecuentes con delitos de alto impacto, el ayuntamiento no los atiende
REDACCIÓN, GRUPO CANTÓN
El temor se ha instalado como parte de la vida cotidiana en las calles del municipio de Naucalpan. La creciente ola de delitos, acompañada por la aparente indiferencia del gobierno local y las dudas sobre la integridad de la policía municipal, han dejado a los ciudadanos en un estado de vulnerabilidad alarmante.
Un reciente intento de asalto grabado en video en la colonia La Cañada volvió a encender las alarmas, no solo por la violencia del hecho, sino por lo que simboliza: una comunidad que ya no confía en sus protectores.
En el material difundido en redes sociales, se aprecia cómo un conductor es interceptado por sujetos armados en plena vía pública. Pese al evidente peligro, el hombre logra evadir a los delincuentes embistiendo a uno de ellos y escapando de reversa. Aunque el intento de asalto no se concretó, el hecho dejó claro que en Naucalpan los criminales operan con creciente osadía, incluso a plena luz del día.
En La Cañada #Naucalpan, un video muestra a un vehículo siendo interceptado por otro. En el lugar se observa un intento de detener al conductor. Las autoridades investigan los hechos ocurridos la semana pasada. pic.twitter.com/S98ppUG7up
— Soy Naucalpan (@SoyNaucalpan) April 21, 2025
Lo más inquietante para los vecinos no es solo la frecuencia de estos ataques, sino la sensación de abandono por parte de las autoridades. El silencio oficial tras este episodio, y la ausencia de una respuesta firme, solo ha intensificado el descontento entre la población.
No se trata de un caso aislado, advierten los residentes, sino del reflejo de una tendencia preocupante: la inseguridad ha dejado de ser una excepción y se ha vuelto la norma.
En diversas colonias del municipio, desde La Cañada hasta zonas más céntricas, los testimonios se repiten. Gente que prefiere no dar su nombre por miedo, comerciantes que optan por cerrar temprano, padres que evitan salir con sus hijos por la noche.
La sospecha sobre posibles nexos entre elementos de la policía local y grupos criminales ha calado profundamente entre la población. Aunque no hay pruebas concluyentes, los rumores crecen al mismo ritmo que los delitos, y la falta de transparencia de las autoridades solo alimenta la incertidumbre.
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