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Por Salvador Guerrero Chiprés
FORMAS DE PREVENIR ACCIDENTES
El calor puede ser un verdadero golpe a la salud, llevar en cuestión de minutos la temperatura corporal a los 40 grados centígrados y convertirse en emergencia médica.
A diferencia del agotamiento por calor, la insolación no da tregua y no se resuelve con un poco de agua o sombra. Sus síntomas, aunque visibles, suelen llegar cuando ya es tarde: piel caliente y seca, confusión, desorientación, pulso acelerado, náuseas, pérdida del conocimiento.
En las ciudades, golpea con mayor fuerza. El asfalto y el concreto almacenan el calor del día y lo liberan lentamente por la noche, creando una especie de olla de presión. Viviendas sin ventilación, trabajos al aire libre o el transporte público pueden representar un entorno hostil para el cuerpo humano.
Prevenir un golpe de calor es sencillo: hidratarse, evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 16:00 horas, vestir ropa ligera, usar sombrero o sombrilla, permanecer en lugares frescos. No se trata solo de saber qué hacer, sino de hacerlo. Y ahí están las herramientas institucionales.
La línea de emergencias 9-1-1 es un recurso inmediato que ayuda a marcar diferencia, reconocido en instruido para su fortalecimiento por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada. En casos de golpe de calor activa una cadena de respuesta con asistencia por telemedicina y, de ser necesario, traslado a un hospital.
Los servicios de telemedicina, impulsados durante la pandemia por la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum, representan atención médica vía remota, el volumen de atenciones alcanza hasta una cuarta parte relacionada con personas inconscientes.
En esta temporada es necesario hablar del calor, actuar preventivamente y evitar sus golpes. Como en seguridad, en salud la prevención nos protege.
