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Jueces lloriqueando

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Por Eduardo López Betancourt

Acudir a los juzgados implica encontrarse con un ambiente sombrío, donde se percibe tristeza, frustración, enojo y evidente angustia. Cual empleados de factoría, los jueces en México han sido cesados, su futuro se vuelve incierto y la amargura se hace presente, todo en perjuicio de la sociedad, a la cual no se le explica lo que sucede. Sin más, el poder se impuso en forma despiadada, dejando a los magistrados en la calle, sin tomar en cuenta quiénes son, de dónde vienen y mucho menos sus capacidades.

Próximamente tendremos un proceso electoral, pero ¿por quién vamos a votar?, ¿qué méritos tienen los candidatos?, ¿qué seguridad tenemos de su talento?, simplemente ignoramos todo esto. Serán electos quienes decidan los votantes marginados de conocerlos, se presentarán a consigna y en el acto más cruel de la historia, habrá jueces impulsados, en el mejor de los casos, por el poder fáctico, dispuestos a obedecer aun cuando implique actuar de manera incorrecta.

¿Qué pasó con los jueces?, Al final no supieron proteger con dignidad su autonomía, les ocurrió lo que a Boabdil “El Último Sultán de Granada”, quien, lloró al entregar su reino y, su madre le reclamó: “Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Así, “los de toga y birrete” se van lamentando, cabizbajos, con rabia, mal humor y haciendo, algunos, un sinfín de picardías. Los jueces fueron cobardes, no se conduele su partida y menos esperen migajas por participar, siendo algunos humillados en un proceso electoral, al que son ajenos.

Insistimos, acudir a los Tribunales es un entorno oscuro que solo evidencia el desinterés y “la mala gana” para realizar su labor. Lo más grave es la corrupción que se intensifica, con la perversa idea de “ya me voy, a ver que saco…”. La venta de resoluciones se ha vuelto cínica y en infinidad de casos, es el dinero el que inclina la balanza; estamos pasando momentos trágicos para la justicia mexicana, dejamos malos jueces, con dignas excepciones, pero nos esperan impartidores de justicia producto de la politiquería, donde la alternativa de mejorar ascendencias y actuar con rectitud, será inalcanzable.

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