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Miguel Cortés Miranda, químico del IPN acusado de al menos siete feminicidios en la CDMX, falleció por paro cardiorrespiratorio el mismo día en que sería presentado ante un juez
GUILLERMO CORTÉS
El asesino serial de Iztacalco, Miguel Cortés Miranda, de 41 años de edad, un químico egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que laboró en diversos laboratorios de la Ciudad de México mientras cometía sus asesinatos, falleció en la celda que lo tenía preso dentro del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente.
Su muerte aconteció justo en el día que rendiría cuentas dos de siete feminicidios que se le imputaban, pues el maldito tenía programada una audiencia de vinculación a proceso que se canceló por su traslado al Hospital General de Iztapalapa, donde se confirmó su muerte debido a un paro cardiorrespiratorio.
Miguel Cortés fue vinculado con al menos cinco feminicidios, uno más en tentativa y un homicidio. Sus víctimas incluían a mujeres jóvenes reportadas como desaparecidas antes de ser identificadas en su domicilio, ubicado en la calle 16 de septiembre, Número 18, en la colonia Santa Cruz Coyuya, de la alcaldía Iztacalco.
A UN AÑO DE SU ARRESTO
El 16 de abril de 2024, Miguel fue sorprendido en flagrancia luego de abusar y asesinar a su hijastra, María José “N”, de 17 años, e intentar matar a su madre Cassandra, que trató de defenderla, pero terminó apuñalada ocho veces en cuello, costillas y abdomen, por lo que estuvo un mes de gravedad en un nosocomio.
Luego de su ataque a su pareja sentimental y matar a María, este maldito fue detenido por vecinos y entregado a las autoridades que ya habían arribado al lugar por los gritos de auxilio de María José y su madre.
Además, luego de obtener una orden de cateo en su domicilio encontraron restos humanos, cinco cráneos, identificaciones y otros elementos que lo vinculaban con múltiples desapariciones y asesinatos de mujeres desaparecidas, algunas desde el 2012.
VÍCTIMAS DEL MONSTRUO
Entre los restos humanos que se encontraban en las habitaciones de su edificio estaban los de Amairany Roblero González, de 21 años, desaparecida desde agosto del 2012 cuando fue vista por última vez saliendo de su escuela con Miguel Cortés, sin embargo, su familia denunció omisión por parte de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), pues nunca hicieron nada contra el principal sospechoso.
Así como es caso de Karen Ornelas Baltazar, de 21 años, quien desapareció luego de una reunión decembrina con sus compañeros del trabajo en la casa de este monstruo en diciembre del mismo año, luego Miguel la fuera a dejar a su casa, y la encontraron días después muerta por estrangulación, sin embargo, lo único que pasó fue que lo despidieron de Orthin Laboratorios, su centro de trabajo en ese entonces.
Hasta el año 2015 empezó a andar con muchacha de la demarcación, llamada Frida Sofía Lima Rivera de 22 años de edad, quien desapareció en ese año luego de empezar una relación amistosa años atrás con este enfermo, y sus restos fueron encontrados también en su residencia.
Viviana Elizabeth Garrido Ibarra desapareció el 30 de noviembre del 2018 en la estación del metro Ermita, cuando tenía 32 años de edad y era compañera de trabajo de este hombre en un laboratorio, sin embargo pese a que su madre Teresa Ibarra inició inicio ese mismo periodo un proceso contra Miguel, los restos de su hija fueron encontrada en su departamento hasta hace un año.
Pero no solo mataba mujeres, pues en marzo del 2024, su último mes en libertad desapareció a un compañero suyo en el Hospital Ángeles, de nombre Francisco Hernández Maldonado, un químico Farmacobiólogo de 26 años, miembro de la comunidad LGBTQ+, a quien drogó y desapareció.
DATO SIN JUSTICIA
Otra víctima que se le adjudican es Claudia Andrea, declarada por “causas naturales” en diciembre de 2019; la joven mantuvo una relación con Miguel Cortés Miranda entre octubre hasta la fecha de su desaparición, el 27 de diciembre de dicho año, en la alcaldía Azcapotzalco.
DATO DESPRECIABLE
De acuerdo con las investigaciones, Miguel contactaba a algunas víctimas a través de internet y la citaba en el domicilio inspeccionado, donde la privada de la vida y mutilaba su cuerpo para borrar la evidencia.
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