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Por Eduardo López Betancourt
La pérdida de las interacciones humanas
La calidad humana se refiere a la capacidad de interactuar con otros seres, de manera significativa, empática y respetuosa. Sin embargo, la dependencia al teléfono móvil nos ha llevado a una disminución en la comunicación “cara a cara”, provocando falta de empatía para entender y compartir sentimientos, además de consecuencias negativas en la creatividad y el pensamiento crítico e innovador.
En la “era digital” en que vivimos, es innegable que el celular es una herramienta indispensable, pero, nos ha llevado a una situación vergonzante y lamentable, que es la pérdida de las relaciones humanas.
Es hora de reflexionar sobre el impacto que el teléfono móvil ha tenido en nuestras vidas y encontrar un equilibrio saludable entre tecnología e interacción. No podemos estar sujetos de manera absurda a un celular que nos marca el camino, convirtiéndonos en robots. Debemos establecer límites claros, tales como no usarlo mientras estemos comiendo, ni en reuniones; también, practicar la atención plena para estar más presentes; buscar actividades que promuevan socializar, tales como deportes, hobbies o voluntariado; establecer “zonas libres de teléfono” en lugares públicos, como parques o plazas y, sobre todo, aprender a decir “no” al celular.
Nótese, en la actualidad, difícilmente encontramos una persona que no lleve consigo un móvil. Mujeres, hombres, ancianos, niños, trabajadores de toda naturaleza, inclusive en el campo, se les observa portando ese aparato que insistimos, resulta eficaz, pero que al final nos hace dependientes. Bien escuchamos, cuando a alguien se le pierde el celular, entra en pánico, ya que en el trae todo tipo de información personal, datos bancarios, contratos, etc., creándose un verdadero drama.
Recuperemos la calidad humana, con un correcto equilibrio entre tecnología e interacción.