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En las últimas semanas, diario basta ha dado cuenta de la falta de transparencia en la operación de la dgdu, así como los sueldos de los administrativos de nivel alto
DIEGO RAYA
CIUDAD DE MÉXICO.- A través de dos entregas previas, Diario Basta! ha identificado la operación irregular que existe en la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual ha sido dirigida en los últimos años por Alejandro Fernández Varela. Su administración ha sido denunciada por la comunidad universitaria por opaca y deficiente.
Durante esta última entrega, los usuarios de los servicios deportivos —principalmente de la Alberca Olímpica Universitaria— han informado que la situación no ha cambiado, las condiciones en las que opera la instalación sigue siendo deficiente, a pesar de que los propios usuarios han solicitado explicaciones a la administración de la DGDU.
Lo anterior no es cosa menor, ya que las condiciones deplorables en las que se encuentra el recinto deportivo han provocado accidentes a los usuarios durante su utilización: desde cortes hechos por el azulejo de la alberca, hasta quemaduras por la regulación intermitente de la temperatura del agua de las regaderas.
Al respecto, una nadadora del recinto afirmó lo siguiente: “La alberca está súper sucia, las regaderas de mujeres con el agua helada o hirviendo y, además, tapadas las coladeras; el agua no se iba. Es un asco, decepcionante”.
Sobre la temperatura irregular del agua, también se han documentado quemaduras: “Me quemé horrible la mano y el abdomen tratando de enfriar el agua”, dijo un nadador. La situación, afirmaron algunos, ocurre desde antes de la pandemia de 2020: “Desde hace años no resuelven lo de las regaderas, se supone que las remodelaron para solucionar el problema y empeoró”, dijo una usuaria.
La seguridad dentro de la Alberca Olímpica también deja mucho que desear, ya que se han reportado robos en las instalaciones: “Me robaron un pantalón, abrieron mi locker, sacaron mi mochila y la dejaron aventada en las regaderas ni vieron nada”, revela uno.
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