354 lecturas
Por Miguel García Conejo
La cuenta regresiva ha iniciado para llegar a lo que será el 14 de mayo, día en que el consejo universitario de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMÉX) definirá a la próxima rectora.
Últimos días del rectorado de Carlos Eduardo Barrera Díaz, un triste adiós a una triste rectoría. Desde que inició el proceso de sucesión tras el debate generado por la negativa de registro a la aspirante Laura Benhumea, el todavía rector ha rehusado dar una declaración o posicionarse a las críticas hechas sobre la falta de equidad entre las aspirantes y la figura de una candidatura única. Su posición aunque ajena al proceso, ha sido cuestionado por ser parte también integrante del consejo universitario, es decir juez y parte. Esta postura cuestionable fue severamente cuestionada por estudiantes quienes marcharon la semana pasada para exponer un proceso marcado por la inequidad generada desde la rectoría. La demanda que hicieron los inconformes es una reforma integral en la ley universitaria, que permita en próximos procesos, el voto universal de todos los alumnos, y no cómo pasa ahora que solo un grupo minoritario elige al rector, siempre presionados por su voto a la burocracia y grupo histórico que ha dominado la rectoría. Ante ello, bien hubiera servido que el rector renunciara al consejo electoral, pero no lo hizo para dar consecuencia a su gris rectorado.
Escondido de los medios habrá de despedirse, incapaz de responder a reporteros cómo no lo hizo a su tiempo ni a la universidad.
