Visitas
Redacción
La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta, desde el arranque de su mandato, uno de los retos más complejos y delicados para la consolidación de la Cuarta Transformación: el saneamiento del sistema aduanal mexicano. No es un secreto que las aduanas han sido históricamente focos de corrupción, tráfico ilícito y prácticas opacas. Hoy, con un renovado acuerdo binacional con Estados Unidos en materia de intercambio de información aduanera, este desafío se vuelve aún más urgente y estratégico.
Tras su reciente reunión con Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Sheinbaum anunció la renovación de un pacto que originalmente fue firmado en 2022 durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Este acuerdo no solo refuerza la cooperación bilateral en términos de seguridad comercial y fiscal, sino que coloca a México bajo una lupa internacional, especialmente en lo que se refiere a transparencia y eficacia en el manejo de sus aduanas.
La presidenta no ha sido indiferente al tema. Su administración ha implementado un innovador sistema de monitoreo diario de los ingresos aduanales, desarrollado por la Agencia de Transformación Digital, con el objetivo de detectar anomalías con base en comparaciones interanuales. Ya se han retirado patentes a agentes aduanales implicados en actos ilícitos, y se advierte que este proceso apenas comienza.
Sin embargo, aunque se reconocen avances, hay temas que siguen sin resolverse, especialmente los que heredó de su antecesor. Durante la gestión de AMLO, se consolidó la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) en 2021, otorgándole total autonomía operativa y presupuestal. Pero la promesa de una 4T sin corrupción se ve amenazada por figuras que aún permanecen en el poder, a pesar de estar bajo la sombra de la sospecha.
Tal es el caso de Alex Tonatiuh Márquez Hernández, un funcionario que continúa en cargos clave dentro del sistema aduanero, a pesar de estar involucrado en investigaciones por tráfico de diésel, biodiésel y gasolina desde Estados Unidos. Se le vincula además con la operación irregular de un despacho en la colonia Roma, presuntamente financiado con recursos de la propia Agencia, en colaboración con Héctor Antonio Ruiz Ángel, quien además ingresó al servicio público sin experiencia previa.
La permanencia de personajes como Márquez Hernández en posiciones estratégicas pone en entredicho el compromiso del nuevo gobierno con los principios fundamentales de la Cuarta Transformación. ¿No sería esta una oportunidad idónea para enviar un mensaje contundente tanto al interior del país como al gobierno estadounidense sobre la determinación de erradicar la corrupción? ¿No debería ampliarse la investigación para despejar cualquier duda sobre su participación en esquemas ilícitos?
Más aún, ¿no podría la permanencia de estos funcionarios enturbiar la relación bilateral con Estados Unidos, justo ahora que se ha renovado un acuerdo crucial que exige confianza mutua?
La presidenta Sheinbaum ha demostrado tener una visión clara sobre la necesidad de transparencia y ha puesto en marcha herramientas tecnológicas y mecanismos de supervisión como nunca antes.
Limpiar las aduanas no es una tarea menor. Implica no solo la revisión de esquemas y flujos económicos, sino también el deslinde de responsabilidades individuales y la sustitución de aquellos funcionarios cuya permanencia daña la imagen del país de lograrse
