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Por Ricardo Sevilla
La cúpula dorada de la UNAM ha enloquecido una vez más. Los apergaminados dinosaurios de la rectoría quieren clasificar las protestas estudiantiles como “vandalismo”.
El Consejo Universitario de la UNAM, con la mano en la cintura, decidió modificar el artículo 15 del Reglamento del Tribunal Universitario, que no había sido alterado desde su creación en 1945.
No tienen límites estos corruptos.
Lo terrible de esta reforma es que establece que las autoridades universitarias iniciarán procedimientos disciplinarios de oficio en casos de vandalismo, lo que incluye la suspensión o expulsión inmediata de los involucrados.
Así de simple, sin mediar mayores explicaciones.
¿Qué es vandalismo para la cúpula dorada de la UNAM? No han tenido la delicadeza de aclararlo.
Y, justo por eso, la comunidad estudiantil ha reaccionado con fuertes protestas. En los medios de comunicación de la derecha, como suele ocurrir, están descalificando a la comunidad universitaria.
No obstante, se trata de una protesta legítima, aunque respinguen el rector Leonardo Lomelí y sus compinches.
Y es que estudiantes de facultades como Ciencias Políticas y Sociales, Derecho, Ciencias e Ingeniería decidieron bloquear calles y anunciar paros de actividades para expresar su rechazo a la reforma.
Los manifestantes argumentan –y tienen toda la razón– que está enloquecida medida puede ser utilizada para reprimir la libertad de expresión y manifestación, ya que no existe una clara distinción entre actos vandálicos y desórdenes o protestas pacíficas.
Es decir: sí existe, desde luego. Pero ellos no se han tomado la molestia de entenderlo y explicarlo.
Y, mientras tanto, personajes ramplones como Ciro Gómez Leyva, Pedro Salmerón y Azucena Uresti están más interesados en tratar de lavarle la cara al exrector Enrique Graue.
La cúpula dorada de la UNAM está aprovechando el inicio de campañas de los candidatos al Poder Judicial para lanzar sus embates contra la comunidad estudiantil.
Y, mientras criminalizan a sus verdaderos estudiantes, el narcomenudeo, en las islas y en otros recintos universitarios, los ha desbordado.
