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Por Jorge Gómez Naredo
Ayer por fin pude ver la película 1938, el año que el petróleo fue nuestro, del director Sergio Olhovich. Me gustó mucho. El tema, como es conocido y su mismo título lo indica, narra los días en que el general Lázaro Cárdenas expropió el petróleo mexicano a varias empresas extranjeras.
La expropiación petrolera es uno de los momentos más importantes y complejos de nuestra historia nacional y, por ende, realizar una película sobre ello tenía grandes riesgos.
Precisaba ser un filme histórico, pero no un documental. Necesitaba atraer a la gente con una historia conocida entre la población, pero al mismo tiempo, enganchar. Era importante explicar el fenómeno histórico, pero sin parecer una tesis doctoral llena de datos.
Sergio Olhovich logró hacer una película que te engancha de principio a fin. Narra los hechos desde las figuras de Lázaro Cárdenas y de Francisco J. Múgica (uno de los personajes más comprometidos con las cusas sociales), pero no sólo es, sino que usa a dos personajes (un periodista y una mujer que laboraba como auxiliar de una empresa petrolera estadounidenses) para contextualizar la trama principal.
Cuando uno termina de ver la película se da cuenta de la gran hazaña que logró Lázaro Cárdenas con la expropiación: recuperó para nuestro país una de la industria que permitieron buena parte del desarrollo nacional, y lo hizo con una visión geopolítica impecable, pues la Segunda Guerra mundial estaba por comenzar, y eso facilitó que la expropiación petrolera fuera un éxito.
Sin duda, todos los mexicanos deberían ver 1938, el año que el petróleo fue nuestro, pues no sólo es una buena película, sino que nos narra no un hecho histórico de un presidente, sino la hazaña de un país entero. Y eso nos ayuda a comprender nuestra historia, valorar nuestro presente y tener claro cuál debe ser nuestro futuro.
¡No se la pierdan!
