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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
POR CALLES EN BUEN ESTADO
La CDMX se ha convertido en un verdadero peligro para los automovilistas, debido a la proliferación de baches. A pesar de las promesas de las autoridades, de acabar con este problema, la realidad es que no se ha hecho lo suficiente para abordarlo.
La falta de mantenimiento y reparación, ha llevado a una situación en la que es difícil encontrar una calle sin baches, los cuales pueden causar accidentes graves, especialmente cuando los tapa el agua y no se ven. La falta de comunicación entre las alcaldías y la jefatura de gobierno, en nada ayuda para encontrar una solución. Ambas partes se culpan mutuamente, en lugar de trabajar en conjunto. Los conductores tienen derecho a transitar por calles seguras y en buen estado.
Algunos lugares en la Ciudad son particularmente peligrosos, por ejemplo, en colonias donde los baches son tan grandes y profundos que ponen en riesgo no solo a los vehículos, sino la vida de los conductores, circunstancia que con pena, ya ha sucedido hace algunos meses, cuando dos jóvenes fueron víctimas de otro tema también cotidiano, como es el de las coladeras sin tapa, algo sistemático en toda la ciudad.
Es hora de tomar medidas para enfrentar este problema, es necesario que se invierta en la infraestructura y se trabaje para encontrar soluciones efectivas y eficientes.
La CDMX es una gran metrópoli, alguna vez conocida como “La Ciudad de los Palacios”, después se le dio relevancia a los jardines, tengamos presente esa época generosa del extraordinario Jefe de Departamento del Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu.
Es el momento que doña Clara Brugada dedique su mayor esfuerzo por darle otra fisionomía a esta Ciudad, la cual ahora se ve absurda y en lugares, maloliente. La tarea no es fácil, se reclaman importantes recursos, pero es aquí donde debe cuidarse con gran celo el que los impuestos, derechos y aprovechamientos, estén debidamente encausados, evitando latrocinios y favoritismos.Para tal objetivo, será necesario contar con el apoyo de la ciudadanía, la cual, sin duda, participará cuando vea que se busca un cambio, una nueva imagen para una nueva gran Ciudad, la cual ahora goza de autonomía para el futuro.
