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El féretro blanco del infante adornado con globos y flores, se convirtió en símbolo de lucha contra la violencia e impunidad que afecta a niños mexiquenses
REDACCIÓN, GRUPO CANTÓN
EdomeX.- Con un profundo sentimiento de indignación y dolor, familiares, amigos, compañeros de escuela y vecinos despidieron el sábado a Antonio Judá, conocido cariñosamente como Toñito, el niño de nueve años que fue asesinado en Tenango del Valle.
La comunidad de San Pedro Zictepec se congregó para rendir un emotivo homenaje al menor, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el pasado jueves, tras más de 20 horas de intensa búsqueda.
Desde temprano, el ataúd fue llevado a la iglesia del pueblo, donde se celebró una misa de cuerpo presente. Posteriormente, el cortejo fúnebre se dirigió a la escuela primaria “Niños Héroes de Chapultepec”, donde Toñito estudiaba. Allí, sus compañeros, maestros y padres de familia lo despidieron entre lágrimas, sosteniendo globos y rosas en sus manos.
En un momento, especialmente conmovedor, se realizó un último pase de lista en el que el nombre de Toñito resonó en el salón, recordando su ausencia y el vacío que deja en su comunidad educativa.
Horas más tarde, el pequeño fue llevado a su hogar en la calle León Guzmán, donde vivía con su abuela, para partir rumbo al panteón de La Cofradía.
La noche del miércoles, Toñito salió a jugar mientras su abuela le preparaba la cena. Vestía su uniforme escolar y avisó que estaría en el negocio “Escondrijo del Cocodrilo”, ubicado a dos casas de su hogar, donde solía jugar en las consolas de Xbox.
Tras una búsqueda incansable, la mañana del jueves, su cuerpo fue hallado dentro de un tinaco en la azotea de Mario N., un hombre de 30 años, vecino de la familia y dueño del local donde el niño solía jugar. La noticia sacudió a la comunidad, que no podía creer que el presunto responsable fuera alguien cercano.
El asesinato de Toñito ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de los niños en México y la necesidad de fortalecer las medidas de protección para garantizar su seguridad.
La indignación ha resonado en todo el Estado de México y el país, donde se exige justicia.
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