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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
La descentralización es un proceso mediante el cual se transfieren competencias, recursos y responsabilidades desde un gobierno central hacia los locales o regionales, con el objetivo de mejorar la eficiencia, la eficacia y la participación ciudadana en la toma de decisiones. La descentralización como concepto se remonta a la teoría política clásica, pero su implementación práctica se ha desarrollado principalmente en las últimas décadas del siglo XX.
En América Latina, la descentralización se ha impulsado como una estrategia para fortalecer la democracia, mejorar la gobernabilidad y aumentar la eficiencia en la prestación de servicios públicos.
La descentralización ha tenido resultados mixtos en diferentes contextos. Por un lado, ha permitido mayor autonomía, capacidad de decisión para los gobiernos locales y mejoras en la educación, salud y servicios básicos, incremento en la participación de la población y la transparencia en la gestión. Por otro lado, también ha presentado desafíos, tales como dificultades en la coordinación y cooperación entre niveles de gobierno, desigualdad en la distribución de recursos y capacidades entre diferentes regiones o localidades y riesgos de corrupción.
La descentralización ficticia se refiere a situaciones en las que se transfieren responsabilidades y competencias sin los recursos ni las capacidades necesarias para ejercerlas. Esto puede llevar a la ineficiencia e ineficacia en la prestación de servicios, descontento ciudadano y pérdida de confianza en las instituciones, además de malversación de fondos.
En el caso de la CDMX, la descentralización ha sido un proceso complejo y desafiante. Aunque se han logrado avances en la autonomía y la participación de la sociedad, también han surgido conflictos entre el gobierno central y las alcaldías, sobre competencias, recursos y burocracia ineficiente, e insistimos, desigualdades en la prestación de servicios, así como en la inversión en diferentes regiones de la metrópoli.
Es fundamental asegurar que la descentralización sea una herramienta efectiva para mejorar la gobernabilidad, eficiencia y participación ciudadana.
