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Por Federico LaMont
Enviados: El embajador que Donald Trump designó para Canadá es Pete Hoekstra. En su audiencia de confirmación en la Cámara Alta, el senador Chris Coons, demócrata por Delaware, le preguntó a Hoekstra si estaba de acuerdo en que Canadá es un estado soberano y no debería ser referido ni siquiera en broma, como el estado número 51 de los Estados Unidos, a pesar de que Trump insiste en que Canadá se beneficiaría como el nuevo estado miembro de Estados Unidos.
“Canadá es un estado soberano, sí”, respondió Hoekstra. Sin embargo, Trump sigue afirmando que Canadá es uno de los países que se aprovechan de Estados Unidos. También sigue diciendo en sus conferencias de prensa: “No necesitamos sus autos. No necesitamos su energía. No necesitamos su madera”, dijo Trump. “Como estado, sería uno de los grandes estados de la Unión Americana”.
Entre otras cosas: Trump apenas cumplió sus primeros dos meses en el gobierno y ya desató una guerra comercial global, obsesionado con la idea de que el mundo debe pagar una cuota si quiere vender sus productos y servicios a los consumidores estadunidenses. Agredió a China con un paquete de aranceles, a la Unión Europea, a Canadá y a México. Y le respondieron en la misma forma, excepto México. La mesura de la Presidenta Sheinbaum tiene su razón de ser, porque no se trata sólo de aranceles, están en riesgo las remesas que nuestros paisanos envían a sus familias, que suman un billón de pesos cada año, 6 billones de pesos en su sexenio de Sheinbaum. Sin su contribución la economía de México se iría a pique. Pero independientemente de eso, fue una mala jugada de Trump señalar a Claudia en su última conversación telefónica que suspendería la aplicación de aranceles hasta el 2 de abril, cuando presentará su paquete global, pero le mintió. Este martes anunció un arancel de 25 por ciento a las exportaciones de acero y aluminio de todos los países, incluyendo a México.