424 lecturas
Por Miguel García Conejo
@kurt2767
En los últimos días de su administración, el expresidente Andrés Manuel López Obrador repetía de manera incesante que se retiraba en paz por el deber bien cumplido, pero también porque sabía que dejaba el país en buenas manos. No se equivocó.
Apenas en el inicio de su administración, la presidenta Claudia Sheinbaum, fue puesta a prueba por una tormenta económica desatada por las especulaciones y amenazas del gobierno de los Estados Unidos. En todo momento demostró serenidad y paciencia.
Haciendo eco de la célebre frase del superhéroe mexicano “Kalimán”, la presidenta mostró el semblante de su administración: ecuánime, firme y decidida.
No cayó en bravuconearías ante la amenaza de aranceles del Norte, pidiendo calma y navegando el barco a lo que parece ser una de sus nuevas victorias.
La postergación, una vez más de esta medida económica, expuso la lejanía de la misma.
Nuestra presidenta ganó en el ajedrez político entre los gobiernos, sabiendo negociar sin sumisión y hablando entre iguales.
El acto de este domingo en el que estuvo acompañada por gobernadores de prácticamente todos los estados, pero particularmente por el pueblo, evidencia la fuerza que está tomando su administración.
La calidad de líder muestra la evidencia de que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, no se equivocó. El país está en buenas manos.