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Por Lengua larga
En una de las columnas de esta su gustada sección de Lengua Larga ya se le había contado a usted, querido lector, que la concejal del PRI en Miguel Hidalgo, Altagracia Méndez, se había hecho unos arreglitos. Pero aquí le viene el chisme que nos pasó alguien de su equipo a quien ya trae, nos dice, harto pues la mujer como no ha ido a la alcaldía les llama hasta en la madrugada para pedirles cosas, los pone a trabajar como si les pagara un sueldazo y no les pidiera diezmo.
Y es que el dinero que les pide a sus integrantes de equipo fue nada más y nada menos que para pagar su cirugía estética que le costó casi 100 mil pesos.
Días previos a la cirugía ya se le había visto con unos hilos tensores en la cara para restirarse la cara. Cabe aclarar que aquí no importa lo que ella se haga no es de inconveniencia de esta columnista, lo que sí es necesario decir es que la mujer se operó estando en labores y que abandonó su labor como concejal en la alcaldía para atender algo que no era de urgencia.
Se operó los párpados y se restauró la cara; además de que ha intentado por todos los medios poder trabajar por la vía remota e intervenir en las sesiones de concejo a través de las redes sociales.
Se insiste, el problema no es lo que se haga en el cuerpo sino que no trabaja por la comunidad que es el motivo por el que votaron por ella.
