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No les gusta que los llamen migrantes, aunque llegaron al país sin papeles y así permanecen, no cruzaron el río, ni el Darién, ni subieron a “La bestia”; llegaron con sus ahorros y a través del trabajo remoto se sostienen, donde un dólar les rinde 20 veces más que en su país, el costo de la es más barato y llevan varios años en nuestro país, esperando que el entorno sea el que se adapte a ellos; los negocios han cambiado su modelo, restringiendo el paso a los locales y privilegiando el inglés. Son los “expats”, nombre que ellos mismos se han dado, llegan de todos lados, principalmente de Estados Unidos en calidad de turistas, sin regularizar su estatus migratorio e imponiendo su “autoridad” como “blancos civilizados” a cualquiera que ose pisar la playa de la que se apropiaron, estacionarse o pasear el perro frente a su casa o, tener la música “muy alta”
Los encuentras en zonas turísticas, principalmente el sureste; en pueblos mágicos como Tepoztlán al que en muy pocos años han logrado cambiar la fisonomía obligando a los locales a vivir en las zonas más apartadas; en la capital, las colonias Condesa, Roma Norte y Sur; por otro lado están los llamados “nómadas digitales” que tienen un trabajo en el extranjero y lo realizan vía remota, su estatus de “turista” y han conseguido librar las restricciones migratorias volviendo a su país por unos días y regresando a su casa o departamento en México. No existe una estadística de los extranjeros irregulares viviendo y trabajando en México, pero el departamento de estado de los Estados Unidos da una cifra aproximada de sus connacionales: 1,6 millones, mientras que e gobierno mexicano registró en 2022 5,6 millones que viajaron a nuestro país. ¿Cuántos regresaron? No hay cifras. Sin ánimo de que esta columna se convierta en vehículo para ataques incendiarios, el objetivo es llamar la atención de las autoridades a fin de que se lleve a cabo un censo y regularización de los extranjeros en permanencia o semi permanencia, que se paguen los impuestos correspondientes y que no se les permita comprar inmuebles a pie de playa (que es ley).
Por una legal y buena convivencia, urge regularizar a los migrantes sobre todo norteamericanos en nuestro país, porque “de acá de este lado”, también hay leyes que cumplir.
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
