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Me estaba dejando llevar por la apariencia del muchacho, joven, de aspecto vulnerable, casi inocente, delgado, con el pelo rizado y grandes lentes redondos que acentuaban ese aspecto frágil, del Estado de México, lugar aún con muchas carencias y viviendo desde hacía poco con su novia, una joven de pelo largo que aparenta más edad que él. También yo me dejé llevar por el cliché de la ignorancia, el pánico a no saber qué hacer, la escasez de recursos, la juventud y el impulso que te llevan a tomar decisiones apresuradas, irracionales. Por un momento, solo por un momento pensé en ellos y no en la verdadera víctima, un recién nacido, indefenso, cuya vida dependía literalmente de quienes lo trajeron al mundo.
No hay una estadística de los bebés que son abandonados luego del parto, los que tienen suerte como es el caso, son resguardados por las autoridades, pero es constante el reporte de bebés en contenedores de basura, vertederos, canales de aguas negras o simplemente en una esquina.
Aún con toda la información sobre anticoncepción que circula en redes, los programas educativos y hasta la píldora del día siguiente o la legalización del aborto, el problema sigue ahí, tanto que en 19 estados de los Estados Unidos se han implementado “cajas de entrega”, buzones climatizados de recepción de bebés cuyos padres no pueden o no quieren encargarse del recién nacido.
Esto tampoco es una solución, es un paliativo, lo mismo que la información en las redes o que la educación, sin embargo, la humanidad, la empatía y la responsabilidad solo se aprenden en casa y no en la red o la escuela. No quiero victimizar a esos jóvenes, tampoco defenderlos; el delito está ahí y debe ser un juez quien resuelva esa situación, pero es muy duro ver que como sociedad hemos avanzado casi nada en aspectos como ese y, por el contrario, la vida se sigue cosificando.
Por fortuna el bebé se encuentra vivo y a salvo, pero… ¿y si hubiera muerto?, quedaría como otro caso para investigar como tantos de los que día a día nos enteramos.
Algunos datos: En el Estado de México, aproximadamente el 35.3% de la población la conforman niños en situación de calle, sobreviviendo al abandono de padres y familiares. Tendríamos que hacer del humanismo no solamente una palabra, sino una forma de vida que por tradición familiar fuera transmitida a nuestros descendientes.
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
