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Está columnista recordó una de sus películas favoritas, Terminator 2, luego de que le pasaran el dato de que Susana Cueto se va del Congreso de la Ciudad de México.
Y no es precisamente que ella haya decidido por voluntad propia marcharse, sino que le dieron las gracias.
¡Hasta la vista, Cueto! Diría el querido Arnold Schwarzenegger en la cinta que se menciona arriba, usted no sabe querido lector el gusto que le da a muchos que la mujer deje la dirección de Comunicación Social del Recinto de Donceles.
Ahora que si a Susi, la comparación con la película de Schwarzenegger no le gusta, esta escribana puede cantarle la famosa canción de José Luis Perales “y se marchó, y a su barco le llamó libertad”.
El chiste aquí es que, por fin, muchos reporteros se librarán de ella; recuerde usted que ya se le había contado que la mujer tiene sus consentidos, o más bien tenía porque después del 15 de febrero ya no se le verá por los pasillos del Congreso.
Dicen los que estaban cuando le dieron las gracias que la furia se apoderó de ella y que se puso roja como jitomate del coraje que hizo.
Además de que comenzó a despotricar en contra de Xóchitl Bravo, coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena, quien muy amablemente le permitió cobrar su quincena de San Valentín para que Cueto pudiera consentir a sus 4 noviecitos en turno (en esta columna solo se replica lo que se dice en radio pasillo, nada tiene que ver con la opinión de quién escribe, bueno tantito).
Aseguran por ahí que Martha Ávila prefiere no tener problemas con Bravo porque ya se dio cuenta que la mujer es una política hecha y derecha, pero muy de izquierda, hay que aclarar el punto.
Aparte cuentan por ahí que le echo la culpa a esta chismosa de haber evidenciado sus malas prácticas como titular del área de comunicación.
Por lo pronto, ¡hasta la vista, Cueto! Despídete de tus 100 mil pesos mensuales…
