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En dos años registraron más de mil 200 riñas; la sobrepoblación es crítica, alcanzando un 70% en penales estatales
JUAN R. HERNÁNDEZ
CIUDAD DE MÉXICO.- Los centros penitenciarios de México enfrentan una crisis marcada por violencia, hacinamiento y corrupción. De acuerdo con datos del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) y organizaciones civiles, entre 2023 y 2024 se registraron mil 267 riñas, con al menos 158 muertos (muchos no registrados) y 300 heridos.
Las fugas alcanzaron 79, vinculadas a la corrupción interna. Además, la sobrepoblación es crítica, alcanzando un 70% en penales estatales de Tamaulipas, Guerrero y Edomex.
PENALES MÁS VIOLENTOS
Entre los penales con mayor índice de violencia y disturbios se destacan el Centro de Reinserción Social (CERESO) de Ciudad Juárez, donde en enero de 2023 se produjo una fuga masiva que dejó 30 reos prófugos y 17 muertos (diez de ellos oficiales de seguridad y custodia penitenciaria, y siete reclusos, así como 13 reos lesionados), incluidos miembros del personal penitenciario.
El Penal de Apodaca en Nuevo León es otro de los más críticos; en el 2012 se registró uno de los motines más sangrientos que provocó la muerte de 44 personas y 30 reos fugados; mientras que en el 2017, el Penal de Cadereyta fue escenario de un motín que dejó 18 reos muertos.
En el Penal de Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México, se reportaron en marzo de 2024 cuatro riñas en menos de un mes, que dejaron siete heridos graves, a pesar de ser considerado un penal de mediana seguridad.
CORRUPCIÓN
El autogobierno, donde grupos criminales controlan los penales desde su interior, sigue siendo uno de los principales problemas del sistema penitenciario mexicano.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 65% de los internos han denunciado haber sido extorsionados por otros reos o personal administrativo.
Asimismo, la corrupción al interior de los penales es un factor clave que perpetúa este fenómeno y que también facilita el contrabando de armas y drogas, convirtiendo a los penales en auténticos focos de criminalidad. Hacinamiento y condiciones deplorables.
LLAMADAS DE EXTORSIÓN
Uno de los delitos que ha crecido significativamente es el de las llamadas de extorsión desde el interior de los penales. En 2023 y 2024, el número aumentó un 35%, alcanzando más de 450 mil reportes anuales.
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