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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
El abusar del uso de sillas de ruedas en lugares públicos y transportes, especialmente en aviones, es un tema que requiere atención. Aunque estos instrumentos son indispensables para personas con capacidades diferentes o movilidad reducida, hay quienes las utilizan de manera fraudulenta, para obtener beneficios y preferencias.
Este problema se manifiesta en varias formas, como lo es con particulares que piden el apoyo de la silla, sin presentar ningún certificado médico que justifique su necesidad; también, con individuos que las utilizan para “saltarse” las largas filas que hay en aeropuertos y otros lugares públicos, pero que, al salir, caminan con normalidad.
Para abordar este tema, es fundamental que las autoridades y las empresas de transporte, implementen medidas para verificar la autenticidad de las necesidades de quienes requieren sillas de ruedas. Pueden exigir un certificado médico; realizar inspecciones y verificaciones para detectar posibles abusos, e implementar sistemas de monitoreo y seguimiento para prevenir el fraude.
Es importante recordar que la igualdad y la justicia deben ser respetadas en todos los ámbitos de la sociedad. El uso indebido de las sillas de ruedas no solo perjudica a las personas que realmente las necesitan, sino que también socava la confianza en los sistemas de apoyo y asistencia.
Es evidente que no solo en los aeropuertos se presentan los abusos. También en otras áreas burocráticas y de distinta naturaleza que, con el solo hecho de traer una silla de ruedas, tienen trato preferencial, cuando en realidad están cometiendo picardías que sola-mente dejan el mal sabor de boca en perjuicio de personas con movilidad reducida y sus familiares.
