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Por Ricardo Sevilla
Ricardo Cayuela Gally, ex subdirector de Letras Libres, ha revelado en un artículo publicado en el medio español The Objetive que el grupo cercano a Enrique Krauze disfrutaba de privilegios en el pasado.
Cayuela, muy suelto de lengua y pluma, confiesa sin empachos que los epígonos de Krauze eran tratados como sultanes y recibían regalos como becas y viajes a lugares como Ginebra, Fráncfort, Londres, Barcelona y Nueva York.
Sin el menor asomo de rubor, este tipejo confiesa que él y su grupo eran amigos de Presidentes, de premios Nobel y que les regalaron becas y viajes.
Pero eso no es todo.
Dice que en la época en que estuvo al frente de la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, durante el sexenio de Peña Nieto, el reto no era hacer libros interesantes para la comunidad lectora, sino “transformar una editorial estatal “en un aliado real de la industria editorial”.
Como un borracho lenguaraz, el amigo de Krauze se jacta de que el mundo giraba en torno a ellos y sostiene que las noches de juerga en burdeles eran comunes entre ellos.
Una radiografía de los miembros de Letras Libres donde asoman, por aquí y por allá, alcohólicos, colgados de la fama de Octavio Paz, a los que el PRIAN les pagaba viajes, talleres, encuentros, ciclos, recitales, revistas, editoriales.
¡Hijos de su descarada madre!
