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Por Lengua larga
Nancy Núñez aseguraba ser diferente a Margarita Saldaña, la exalcaldesa de Azcapotzalco, aunque ahora que está columnista tiene los ojos bien abiertos y las orejas bien paradas, no está tan segura de que así sea.
Resulta que Núñez permite uno de los casos de nepotismos más graves en la alcaldía, el de los Rosique. Ya en estas líneas se había escrito este apellido y es que cómo evitar hablar de ambos si las enaguas de Rosique papá le quedan apenas a Rosique bebé.
Bueno, aquí les va el chisme completo, porque los chintololos no se merecen nada más que la verdad. Rosique fue designado por Gerardo Trejo, esposo de Nancy, como director General de Servicios Urbanos a Fernando Rosique Castillo, a pesar de que su hijo Fernando Rosique Briceño ya había sido electo concejal en las pasadas elecciones y decidió mantenerse en el cargo, y ahora preside la Comisión de Gobierno.
Durante su comparecencia en el Congreso le cuestionaron acerca de estos actos que nuestra querida presidenta ha condenado en reiteradas ocasiones advertiendo que en la 4T no se toleran estas cosas; pero a Nancy le valió dos kilos de cacahuate.
Y dicen por ahí que hasta su equipo de prensa liderado por José Coronel recortó el espacio donde le preguntaban a su jefecita de su vida y de su amor por el nepotismo que permite en la alcaldía Azcapotzalco.
A este último personaje le dedicaremos su propia columna como se merece porque de él hay mucho que decir, por ejemplo, que es el chismoso oficial de la demarcación. ¡Aguas ahí Nancy!
