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Por Sabina Berman
“No sabe de situaciones gana-gana. Por fuerza quiere que cada situación sea un yo gano-tu pierdes.”
Tal dice de Trump Angela Merkel en su biografía recientemente publicada, y para ilustrarlo narra el incidente de “la mano”. En su primera reunión oficial, ambas cabezas de Estado estaban sentados en dos sillones, ella: la persona más poderosa de Europa y él: la persona más poderosa de América, y los periodistas gritaron: –La mano. Dense el apretón de mano. La mano.
Querían tomar la foto. Trump se negó. Nada más porque sí. Nada más porque él no obedece a nadie y porque quería mostrarse peligroso. Angela pasa a describir cómo aprovechó ese conocimiento de la psique ramplona del rubio político. Con contra-sicología: si quería algo de él, decía que temía eso mismo.
Y Trump se lo cumplía.
¿Pero qué más hay en la ideología de Trump además de ese afán de ganar sí o sí? Soy de la opinión que no hay nada más. Solo existe esa necesidad imperiosa de mostrarse ganador. No importa en qué o cómo.
Les prometió a los obreros norteamericanos bajar el precio de las groceries, los abarrotes, el día uno de su gobierno. Hoy dice que será muy difícil. Lo que sube es difícil de bajarlo, explica.
Prometió que deportaría un millón de mexa-mericanos no documentados la primera semana, para aumentar los puestos de trabajo en su país. Tal vez sea verdad que los deporté, pero al mismo tiempo anunció que despedirá de la burocracia a dos millones de co-ciudadanos. Prometió que acabaría en 20 minutos la guerra en Ucrania y ya van 24 horas en que no sucede. En cambio, prometió que acabaría la guerra en Gaza y Biden se le adelantó y lo hizo en su último día de gobierno. Además, quiere comprar Groenlandia, recapturar el Canal de Panamá, invadir México y lo que se le ocurra este fin de semana.
Cualquier cosa puede suceder con Trump. Los gringos han elegido al espíritu del “gano porque gano” en estado puro y sin proyecto real. Y asombra que el porvenir de la economía y del ejercito más grandes de la Historia de la Humanidad estén en las manos juguetonas de un hombre hueco, que solo quiere ganar, no importa mucho en qué y con qué consecuencias.
Es como si EUA hubiera elegido al impulso más puro del capitalismo para ponernos a todos en peligro.
Hace dos semanas, Noam Chomsky, el intelectual norteamericano más influyente del siglo 20, subió un video a youtube con un título aterrador. “El fin de la Humanidad Organizada”. A lo largo de sus 40 minutos, Chomsky da por hecho que estamos al final de la civilización, gracias a Trump. Espero que Chomsky se equivoque –y por mucho, porque a mí me gusta la vida civilizada. Lo que es seguro es que vendrá del Norte mucha crueldad, mucho capricho, mucho egoísmo, mucha violencia y destrucción. Y lo que mejor que podemos desear, es que entre sus repentinos planes, se le olviden los que tienen que ver con México.