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Por Lengua larga
Resulta que Sandra Cuevas reapareció y anda muy alebrestada en las calles de la Cuauhtémoc, animando a los vecinos a ponerse en contra de la ahora alcaldesa, Alessandra Rojo de la Vega, a quien está columnista admira mucho aunque una gran amiga y ella sean enemigas acérrimas. Pero bueno, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Aquí el chiste es que Cuevas anda haciendo un complo, como diría nuestro querido Andrés Manuel López Obrador, en contra de Rojo de la Vega para hacer que quede mal durante su gestión; que a decir de muchos, arrancó bien y de buenas.
Rojo de la Vega, a pesar de los escándalos, está demostrando que no importa que no conozca la alcaldía Cuauhtémoc porque se sabe que no es de ahí; que aunque llegue todos los días de la Miguel Hidalgo está haciendo una labor bastante decorosa en la chamba.
Y eso, estimado lector, tiene a Cuevas fúrica porque la gente ni la extraña ni mucho menos la quiere de vuelta.
Es más, añoran el día que se vaya de la alcaldía para siempre, peor no se les va a hacer porque la mujer tiene un departamento que le salió carísimo de París a un costado del Museo de Geología en donde tiene una maravillosa vista a la Alameda de Santa María la Ribera, colonia que estuvo bastante abandonada por Cuevas porque la mujer decidió castigar a los vecinos tras apoyar que los sonideros se mantuvieran tocando en el parque.
Ahora Rojo de la Vega está haciendo todo lo que Cuevas no hizo en tres años, dicen que la colonia está limpia y que no solo eso, están haciendo obras que Sandra siempre se negó a realizar.
