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Por Ricardo Sevilla
La corrupción repta, como una insaciable serpiente, en el corazón de los gobiernos del PAN.
A través de diferentes trabajos periodísticos, hemos documentado, en Aguascalientes, las corruptelas de la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel; en Chihuahua hemos revelado la fermentación del gobierno encabezado por la cleptómana y dipsómana María Eugenia Campos Galván. Y en Querétaro hemos revelado, en múltiples ocasiones, la incompetencia y la pésima gestión del corrupto gobernador Mauricio Kuri González.
Pero en los gobiernos municipales, los políticos del PAN no cantan mal las rancheras.
Y es que ahí, sin los grandes reflectores de la prensa corporativa, los panistas también han saqueado a manos llenas.
Y uno de los municipios donde más transas, corrupción y nepotismo hay es en Huixquilucan, gobernado, desde hace nueve años, por una pareja de esposos panistas: Enrique Vargas del Villar y Romina Contreras Carrasco no parece conocer límites.
Ambos personajes, haciendo acopio de cinismo y, utilizando un puñado de empresas fantasma, han logrado, durante nueve años consecutivos, enajenar bienes, comprar propiedades en Bosques de las Lomas y hasta un departamento en Miami.
Pero no han actuado solos.
En las turbias operaciones de saqueo han recibido ayuda de diferentes personajes, como el contador Agustín Olivares Balderas, quien, durante la gestión de Vargas del Villar se desempeñó como tesorero municipal de Huixquilucan. Y ahora ha sido ratificado por Romina Contreras. ¡No tienen llenadera!
