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Por Eduardo López Betancourt
Trato prepotente de personal de Aeroméxico
Recientemente acudí a un evento cultural en la Ciudad de Oaxaca. Para el traslado utilicé la empresa Aeroméxico, donde sin duda los boletos me impresionaron por su precio, algo así como MXN 8,500 para un viaje de menos de una hora. En fin, en México no es fácil encontrar orden y menos respeto al consumidor y no me quedó otra más que cubrir el monto. Lo grave no fue ello, sino que pasé todo un calvario.
Dados los altos costos, llevaba únicamente una maleta de mano. Lo sorprendente es que uno de los filtros fue una autentica tortura, me revisaron de manera exhaustiva sin usar guantes, dejaron mi ropa manchada y cuando le pedí al agente que usara protección, se enfadó. Fue a partir de ese momento que me hizo vivir un viacrucis.
Mi gran delito fue llevar dos encendedores de la marca “Bic”. Le pregunté donde estaba la indicación de llevar solo uno y más molestó mi pregunta al personaje en cita, quien tomó actitudes de absoluta prepotencia. Me acerqué a una uniformada de la Guardia Nacional, quien hablaba por teléfono y le pedí ayuda ante las agresiones que sufría. Como es tradicional, la guardia le dio la razón al revisor y juntos me trataron como a un delincuente; nótese, por llevar dos encendedores y que, según ellos, la ley permite solo uno. Pregunté cual ley, pero no hubo explicación, porque eso es el desprecio al ciudadano.
Con intención de causarme enojo, la inspección duró más de 15 minutos, algo que se puede corroborar en los videos de vigilancia y todo, insisto, por un encendedor.
Lo más impactante es que al pasar el filtro, me encontré con una tienda de autoservicio “7-Eleven”, donde venden encendedores sin mayor recato. Que burla.