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Por Juan Hernández
Cada año, en México, los festejos de fin de año se ven acompañados de estruendos ensordecedores provocados por la pirotecnia, una tradición que, si bien es esperada por muchos, causa estragos en la salud de los seres humanos y animales, así como en el medio ambiente.
En particular, el impacto de los cohetes, chispas y fuegos artificiales en los animales ha sido motivo de preocupación para organizaciones como la Asociación Pro Mejora Animal, presidida por Ana María Rivas Sáenz. Rivas Sáenz lamentó que del 12 al 25 de diciembre, los casos de extravío de mascotas en la Ciudad de México aumentaron en un 75 a 80%.
En lo que va del año, ya suman 800 reportes de animales perdidos, muchos de los cuales, debido a su miedo por el ruido de los fuegos artificiales, se pierden en las calles, son maltratados o atropellados, lo que les cuesta la vida antes de ser reunidos con sus dueños.
Lo más lamentable de esta situación es que, a pesar de la prohibición, en redes sociales se ofertan libremente productos pirotécnicos, desde simples chispas hasta cohetones, como si nada ocurriera.
Esto demuestra que las restricciones, aunque bien intencionadas, no son suficientes para detener la venta y el uso irresponsable de estos productos que causan tanto daño.
En este contexto, es un avance significativo que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, haya decidido dar un paso firme en la lucha contra la pirotecnia.
En un acuerdo publicado en la Gaceta Oficial de la CDMX, el gobierno capitalino ha establecido que, entre el 25 de diciembre y el 6 de enero, se prohíbe el uso de fuegos y artificios pirotécnicos en eventos oficiales, así como la quema de residuos a cielo abierto.
Esta medida, que también afecta a la Administración Pública Federal, es un avance hacia una mayor conciencia sobre el impacto de la pirotecnia en la salud, el bienestar animal y el medio ambiente.
Por tanto, la prohibición no solo es una medida en favor de los animales, sino también de la salud pública.
Es crucial que, como sociedad, sigamos tomando conciencia de los efectos negativos que genera el uso de pirotecnia.
Celebremos las festividades de manera responsable, sin poner en riesgo la vida de los animales ni la salud de las personas. ¡Feliz Año Nuevo!