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En entrevista con Diario Basta!, Jonathan Ruller afirmó que comenzó a jugar al interior del Reclusorio de Santa María Chiconautla, Ecatepec
Óscar Reyes
Ciudad de México.- Considerado como un “juego de cana”, por su origen en las cárceles mexicanas, la “Poleana” se trata de un partida de fichas y dados que ha llegado a las calles e incluso a los hogares.
Su origen se remonta en 1916 y fue lanzado por la empresa Parker Brothers, con el nombre “Pollyanna”, basada en la novela del mismo nombre de la escritora Eleanor H. Porter, publicada en 1913, que tiene como argumento ver el lado positivo de las cosas, pese a sus dificultad.
Sin embargo, se desconoce su intromisión a las cárceles de México donde cambió su nombre a “Poleana”.
En entrevista con Diario Basta!, Jonathan Ruller, –fabricante de estos tableros de mesa– afirmó que “el juego es conocido como policías y ladrones”, ya que se trata de escapar de la ley.
Explicó que conoció la “Poleana” al interior del Reclusorio de Santa María Chiconautla, Ecatepec, en el Estado de México.
“Las casillas representan las celdas y el número cero del juego representa tu celda personal y al abrir la celda las fichas comienzan a avanzar alrededor de de los corredores del reclusorio”, afirmó en entrevista con Diario Basta!
Actualmente, Jonathan Ruller vende estos tableros a través de su página Poleanas Canadá Frogs, luego de permanecer preso, por lo que se ha convertido en un sustento para él y su familia.
“Este juego yo lo aprendí a jugar en el reclusorio y también lo aprendí a fabricar ahí, con las herramientas artesanales que te proporciona el reclusorio de Santa María Chiconautla”, explicó.
Dijo que luego de salir de prisión y cumplir su sentencia, “un amigo que había estado conmigo en la cárcel me dijo que le hiciera una ‘Poleana'” y a pesar de su dificultad, logró fabricar un tablero para poder sustentar a su hija, que nació prematura.
Derriba prejuicios
En entrevista con Diario Basta!, Jonathan Ruller afirmó que lleva 8 años fabricando estos tableros que sirve como entretenimiento.
“Al principio sí había mucho estigma, porque la gente piensa que es un juego del barrio y de presos, pero nosotros hemos tratado de quitarle ese prejuicio”, explicó.
Dijo que actualmente vendes estos tableros a personas que trabajan en empresas, personal médico y hogares, también ha exportado su producto a ciudades de Estados Unidos como California, Atlanta, Pensilvania, Nueva York, entre otros.
“Los tableros pueden medir de 30 por 30 cm, qué sirve para ser portátil, mientras que las medidas originales son de 50 por 50 cm la de 66 cm y un metro”, apuntó.
Jonathan hizo un llamado a darse la oportunidad de conocer el juego de la “Poleana” y derribar cualquier prejuicio hacia este tablero que, –a pesar de nacer en las cárceles– puede servir de entretenimiento entre grupos de amigos familia y compañeros de trabajo.