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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
La Reforma Constitucional que se ha realizado en México, implica cambios significativos en la forma en que se elige a los ministros, magistrados y jueces en el ámbito federal y local. Por primera vez en la historia del país, estos cargos serán votados directamente por el pueblo, lo que da un viraje total a la forma en que se ha conformado el Poder Judicial hasta nuestros días.
Anteriormente para su integración, intervenían los poderes Ejecutivo y Legislativo, particularmente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el Consejo de la Judicatura Federal; sin embargo, con esta Reforma se busca, insistimos, que quienes imparten justicia sean elegidos por la sociedad, lo que permitirá una mayor participación ciudadana y transparencia en el proceso de selección.
Es importante destacar que la calidad de los ministros es fundamental para el buen funcionamiento del Poder Judicial, por lo tanto, es necesario que los candidatos sean personas respetables, honorables, con una vida decente y una trayectoria profesional destacada, además de estar debidamente preparados y tener profundo conocimiento del derecho.
Entre otros requisitos que se deben exigir, es, ser Doctores en Derecho por una institución reconocida, sea pública o privada; tener obra jurídica. Un ministro de la Corte que no haya escrito nada, es un absurdo e incompetente. Deben ser los mejores ejemplos de lo que significa ser jurista, también, deben ser ajenos a los ámbitos ejecutivo y legislativo.
La Reforma Constitucional que se ha creado en México es un paso importante, más no implicará mejoras hasta que el tiempo lo señale y lo demuestre, mientras tanto, es y seguirá siendo un tema debatible.
