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Los días 10 y 18 de diciembre son fechas que invitan a realizar y fortalecer políticas públicas en derechos humanos y de los migrantes
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Un tema que ha sido de preocupación para el país durante décadas es el fenómeno migratorio y la protección de sus derechos humanos. Actualmente, los focos rojos se han prendido por el discurso de odio en contra de migrantes mexicanos por el regresó de Donald Trump al gobierno estadounidense. Es relevante que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID 2023), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 87,9% de los migrantes mexicanos se dirigieron a Estados Unidos.
Lamentablemente, la política de segregación del gobierno de Trump, es una amenaza latente que incita a generar atentados en contra de la comunidad latina, así como de todo aquel perfil racial que no sea acorde a la supuesta “supremacía blanca” en el país vecino, dijo Gerardo Sánchez Guadarrama, periodista de investigación en Derechos Humanos.
Sin duda, México al igual que otros países de América Latina, enfrentan grandes retos ante la inmigración y la protección de los derechos sociales. Recordemos que la Declaración Universal de Derechos Humanos expone las garantías y libertades fundamentales que toda persona tiene. Son facultades que se deben garantizar para que, sin distinción de procedencia, lugar de residencia, sexo, origen nacional, étnico; religión, lengua o cualquier otra condición, tengan un trato humano y respetuoso como se recuerda cada 10 de diciembre, Día Mundial de los Derechos Humanos, así como el 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante.
Pese a que estas fechas globales nos convocan a reflexionar y a sensibilizarnos en torno a un tema esencial para el bien de la humanidad, la realidad es que hay una política racista que contamina a la sociedad. En Estados Unidos existen partidarios segregacionistas del presidente Trump, un ejemplo es el Ku Klux Klan, grupo terrorista de extrema derecha que conciben a las personas con fenotipo europeo superiores a cualquier otra persona que no tiene estas características físicas.
Su autopercepción de “autoridad moral”, les hace creer que todo aquel que no profese el protestantismo católico y sus dogmas, son “individuos de menor importancia”, como los judíos, los musulmanes o los católicos. Tampoco los defensores de derechos humanos, ni las feministas, ni las personas LGBT+, son bienvenidos en este grupo que se caracteriza por promover el odio, indicó Sánchez Guadarrama.
Además, no olvidemos que Estados Unidos es un país donde se venden armas de fuego sin restricciones, esta situación se vuelve un aliado para casos extremos en la expresión de odio y racismo, los supremacistas pueden adquirir armas para llevar a cabo sus agresiones. De acuerdo con el Departamento de Justicia de EUA, entre el 2004 y el 2015, se cometieron un promedio 250.000 delitos de odio durante cada año.
El 23 de septiembre de 2024, el Buró Federal de Investigaciones FBI por sus siglas en inglés; publicó los datos sobre delitos de odio del Programa de Informes sobre Delitos, los cuales revelaron que el 52.5% de estos fueron por motivos de raza, etnia u origen; el 22.5% por religión y el 18.4% por orientación sexual. El 4.1% restante fue por identidad de género, el 1.6% por discapacidad y el 0.6% por género (https://www.justice.gov/hatecrimes/hate-crime-statistics).
Las Unidades DEI (Diversidad, Equidad e Igualdad) como antídoto para erradicar el odio
El discurso de odio no solo queda en eso, se ha visto que se aplica en acciones concretas. Durante su primera gestión el presidente Donald Trump eliminó las actividades de capacitación y sensibilización al interior de las oficinas de gobierno y de proveedores sobre Diversidad, Equidad e Igualdad (DEI).
En el mes de noviembre, Walmart, el empleador más grande de EEUU, retiró las iniciativas DEI (capacitación de su personal y venta de productos identitarios de la población LGBT+) ante la presión de activistas conservadores.
Ante estos acontecimientos, el periodista hace un llamado a recuperar los ejercicios inclusivos que otras empresas e instituciones mantienen a través de las Unidades DEI, estos permiten reforzar los espacios de convivencia armónicos, también exhortó a las autoridades e instituciones oficiales de nuestro país a impulsar una estrategia bilateral.
Recordó que históricamente México ha sido el blanco de un discurso ofensivo, por ello, es necesario identificar y prevenir acciones que violenten la integridad y vida de los emigrantes. Subrayó que tanto la migración como el racismo tienen repercusiones tangibles que afectan la armonía y la paz de los connacionales.
La migración no se detiene con amenazas. Se debe trabajar en políticas públicas que contemplen la complejidad de la situación, la responsabilidad compartida de ambas naciones, que tenga como eje central los derechos y seguridad humana, puntualizó Gerardo Sánchez Guadarrama, periodista de investigación en Derechos Humanos.