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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
DEBE EVITARSE EN MÉXICO
Un tirano es un gobernante que ejerce un poder absoluto y arbitrario sobre su pueblo. Se caracteriza por ser deshonesto, afecto al nepotismo, a la mentira y nunca deja el poder voluntariamente, lo hace solo al ser expulsado o asesinado.
Un tirano se presenta como una figura central y única, capaz de solucionar los problemas de un país; viola sistemática de los Derechos Humanos y las libertades civiles; la violencia es su instrumento habitual para mantener el control y reprimir a los disidentes, por lo que la protege y promueve. Por lo general, estos sujetos pasan a la historia como energúmenos que causan daño y destrucción a su alrededor.
La tiranía es una forma de gobierno que se opone a los valores de la democracia y la justicia, pero en este caso, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, ya que nosotros nos referimos al Tirano de Siracusa, un personaje que gobernó precisamente la ciudad de Siracusa en el siglo IV a.C., identificado por su brutalidad y faltas a los Derechos Humanos.
El Tirano de Siracusa es un ejemplo de cómo la ambición y el deseo de poder, llevan a un gobernante a cometer atrocidades y, a destruir la libertad y la justicia de su pueblo. En México, es fundamental que mantengamos nuestra democracia y evitemos caer en la trampa de la tiranía; la historia nos enseña que los tiranos traen destrucción y sufrimiento.
En relación a lo anterior, es imprescindible que en México sigamos promoviendo la participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas en nuestro gobierno, para asegurarnos de tener una nación fuerte y justa para todos.