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Por Ricardo Sevilla
El Poder Judicial hace de las suyas, ahora en Macuspana, Tabasco, la tierra de AMLO.
Ahí un fiscal y un juez se coludieron para despojar y extorsionar a su propia familia!
Pero déjeme contarle los detalles.
El caso de Gilberto Cancino González en Macuspana, Tabasco, revela una alarmante colusión entre el Poder Judicial y la delincuencia familiar.
Y es que ocurre que, en 2003, Gilberto adquirió un terreno para emprender un negocio de materiales para construcción. Sin embargo, en 2017, su hermano Guillermo, con ayuda de su hijo: un fiscal local, despojó violentamente a Gilberto de su propiedad, ignorando pruebas legales que lo respaldaban. A pesar de las denuncias y testimonios, la justicia no solo no actuó, sino que hizo caso omiso de las pruebas y se puso del lado de los gandallas.
El hermano murió y el sobrino fiscal, lejos de terminar con aquella canallada, pretendió extorsionar al tío. Y le pidió una buena cantidad de dinero para cederle el terreno que, por ley, es suyo.
Y como no cedieron a la extorsión, el fiscal le pidió ayuda a su cuate el juez Flavio Pereyra, quien falló a favor de Guillermo Cancino Álvarez, desestimando evidencias y afirmando falsedades.
Una vez más, como suele ocurrir últimamente, este caso ilustra la corrupción y el abuso de poder en el sistema judicial mexicano, afectando a ciudadanos inocentes.
Además, el exalcalde Milton Lastra Valencia también denuncia irregularidades judiciales que reflejan un patrón de impunidad y manipulación en el sistema. ¡Quién lo dijera! Hasta en la tierra de AMLO el Poder Judicial ha metido las garras!