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2.4 millones de mujeres no disponibles para trabajar manifiestan interés en hacerlo pero enfrentan contextos que lo impiden como responsabilidades de cuidados o prohibiciones familiares
JUAN R. HERNÁNDEZ
Ciudad de México.- El mercado laboral en México enfrenta dos fallas estructurales persistentes: la baja participación laboral de las mujeres y la alta informalidad, reveló el informe del Observatorio del Mercado Laboral al tercer trimestre de 2024 en donde destacó que la tasa de participación laboral de los hombres es 30.1 puntos porcentuales superior a la de las mujeres (76.4% vs. 46.3%).
“Esto refleja barreras como la falta de un Sistema Nacional de Cuidados, que permita a las mujeres ingresar y mantenerse en empleos remunerados. A esto se suma que 2.4 millones de mujeres no disponibles para trabajar manifiestan interés en hacerlo pero enfrentan contextos que lo impiden, como responsabilidades de cuidados, prohibiciones familiares o condiciones físicas adversas”, se destacó en la investigación.
Alta informalidad y desigualdad de ingresos
El 54.6% de los trabajadores en México labora en la informalidad, sin acceso a seguridad social y con ingresos que representan la mitad de los obtenidos en el sector formal.
La tasa de ocupación en el sector informal (28.1%) refleja un problema estructural que abarca sectores como el agropecuario (9.9%) y el trabajo doméstico remunerado (3.8%). Además, persiste una brecha salarial de género, donde los hombres ganan en promedio 1.2 veces más que las mujeres.
Panorama general y acciones necesarias
En el 3T2024, la población económicamente activa (PEA) alcanzó 61.37 millones de personas, con una tasa de participación laboral de 60.4%. Aunque hubo un ligero crecimiento respecto al trimestre anterior, el Semáforo Económico de participación laboral permanece en naranja, reflejando la necesidad de políticas públicas integrales.
La administración de Claudia Sheinbaum enfrenta el desafío de implementar programas de formalización laboral y un sistema de cuidados que permita reducir las desigualdades estructurales del mercado laboral. Estos cambios son fundamentales para un desarrollo económico más inclusivo y equitativo.
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