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Lengua larga
Algunos dirán que está columnista ya se ensañó con Beatriz Hernández pero es que ella no se ayuda en nada.
La integrante del Partido del Trabajo, que en sus redes sociales hace alarde de que es diputada suplente, fue quien puso a Jacqueline Fernández como concejal en la Miguel Hidalgo; pero eso usted ya lo sabe porque ya se le había explicado en esta columna.
Sin embargo, resulta curioso que Beatriz siga pavoneándose por las oficinas de la demarcación y no necesariamente es porque esté trabajando por los miguelhidalguenses, sino que está cuidado que su pupila la “Jacky Fernández” no la riegue.
Y es que la mujer no le hace justicia al puesto que tiene, aunque bueno, tampoco es como que los concejales hagan mucho pero Fernández ni si quiera sabe de qué va la labor de esta figura jurídica.
No solo eso; la mujer presume de tener muchos contactos en la política; mismos que no hemos visto y más que una mujer con influencias es conocida como una “señora con suerte”.
Lo que usted no sabe, es que Fernández fue por mucho tiempo una de las operadoras principales de Betty y por eso Hernández la premió.
Ahora que en esta columna hemos dado a conocer la ineficiencia de Fernández, Betty no perdió oportunidad de acompañarla a su trabajo, como si fuera una niña chiquita preparándose para la vida.
Dicen por ahí que no es que Hernández quiera ser amable, si no que no confía en la mujer que puso para representar a su partido.
Tanto así que en la instalación de la Comisión del tartamudo, Juan Pablo Beltrán Viggiano, Beatriz llegó con la espada desenvainada para defender a su achichincle; quien ya ha pedido clemencia para que sus compañeros concejales no le peguen tanto.
¡Fernández, aprende a leer y ya luego vemos!