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Por Eduardo López Betancourt
La presencia internacional de nuestro País fue siempre motivo de orgullo, en diversidad de ocasiones alcanzamos niveles extraordinarios. El derecho internacional encontró en destacados mexicanos un ambiente de permanente superación; para mencionar un caso concreto tenemos la llamada “Clausula Calvo”, de la cual recordemos que ha sido promotor y difusor y que consistió en que, por el simple hecho de firmar un contrato que contenga esta cláusula, el extranjero se obliga a renunciar a la protección de su país y acatar las leyes de la entidad en que se firma el contrato. (Se llamó Clausula Calvo en honor del jurista Carlos Calvo).
Insistimos, México ha mantenido siempre una presencia internacional destacada, al extremo que durante décadas nos convertimos en guía y líder de los países latinoamericanos; en diversos ámbitos internacionales, México sobresalió por sus posturas intensas en el renglón de los Derechos Humanos y de la libre autodeterminación de los pueblos. Por mencionar casos concretos, nos negamos a reconocer dictaduras como la de Francisco Franco, en España y, la de Augusto Pinochet, en Chile. En esta dimensión, nuestros Jefes de Estado han intensificado las relaciones internacionales, inclusive, Adolfo López Mateos fue un gran promotor.
En base a tan brillante historia diplomática, ha causado gran alegría el que la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, haya aceptado acudir a la importante reunión del G20, celebrada en Rio de Janeiro, lugar donde se ha entrevistado con destacados líderes, entre ellos, Joe Biden, Justin Trudeau, Xi Jinping, Lula da Silva, Gabriel Boric y Gustavo Petro, pero lo más notable es que lleva una propuesta denominada “Sembrando Vida”, por la cual se propone un fondo con el que los países del G20 destinen el 1% del gasto militar a la reforestación.
Enhorabuena, la Presidenta, Claudia Sheinbaum merece un reconocimiento por reintegrar a México en el concierto de las naciones.