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Por Eduardo López Betancourt
La Ciudad de México, una vez llamada “Ciudad de Palacios” y “Ciudad de Jardines”, ha experimentado un gran declive en los últimos años. La corrupción y la ineficiencia de los gobernantes la han llevado a ser un sitio lleno de baches, contaminación y delincuencia, donde la falta de servicios públicos, como agua y transporte es evidente, pero los políticos están más interesados en enriquecerse que en servir a la ciudadanía, permitiendo así que nuestra metrópoli se convierta en un lugar peligroso y desagradable.
El problema de los baches, es particularmente grave, el 79.1% de la población los considera una de las principales problemáticas de la capital. Al respecto, el gobierno ha intentado abordar este conflicto con iniciativas como el programa “Bachetón 2024” (este tema debe tratarse con seriedad, sin “chacoteos”), que busca reparar las calles de la Ciudad, sin embargo, la podredumbre y la falta de pericia siguen siendo obstáculos importantes para el progreso; otros inconvenientes urbanos que superaron el 50% del total de la comunidad de jóvenes de 18 años, que manifestó las principales problemáticas en sus lugares de residencia, fueron el alumbrado público, delincuencia, embotellamientos frecuentes y coladeras tapadas por acumulación de desechos.
La Ciudad de México necesita un cambio radical, con autoridades que prioricen el bienestar de la población sobre sus intereses personales. Hasta entonces, las alcaldías seguirán siendo un lugar difícil de vivir, donde sin duda, la contaminación y la delincuencia afectan la calidad de vida.
Urge mejorar la infraestructura, reparar los baches e invertir en la construcción de vías seguras, servicios públicos eficientes y garantizar el acceso a servicios básicos como agua y transporte, sin olvidar la lucha contra la corrupción, además de implementar medidas para prevenirla y castigar a los responsables. También, otro renglón fundamental, es fomentar la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones.
Es hora que la Ciudad de México recupere su belleza y vuelva a ser un lugar grato para vivir.