53 lecturas
Por Eduardo López Betancourt
Gobernabilidad se refiere a la capacidad de un gobierno para gobernar efectivamente, implementando políticas en beneficio de la sociedad, o sea, implica la interacción entre el Estado, la sociedad civil y el mercado, para lograr objetivos comunes.
Entre las dimensiones de la gobernabilidad se encuentran la legitimidad, que es el reconocimiento y aceptación del gobierno por parte del pueblo; estabilidad política, consiste en la ausencia de conflictos y violencia; participación ciudadana o involucramiento de la ciudadanía en la toma de decisiones y, transparencia y rendición de cuentas en el acceso a la información. Por otro lado, tenemos los factores que apoyan la gobernabilidad, que son, instituciones sólidas, con un marco jurídico serio y estructuras gubernamentales efectivas; visión y capacidad para tomar decisiones; derechos y oportunidades para la ciudadanía; desarrollo económico, equidad y, organizaciones y movimientos sociales.
En este ámbito hay muchos obstáculos para la gobernabilidad, como son la corrupción o el uso indebido de recursos y poder, las brechas económicas y sociales, violencia, inestabilidad, polarización, además de interdependencia económica y política.
Para mejorar la gobernabilidad se deben de tomar en cuenta varios puntos importantes en los cuales figuran el de fortalecer instituciones, reformas y modernización, fomentar la participación, contar con espacios para la sociedad civil, invertir en educación, desarrollo de capacidades, e impulsar el desarrollo sostenible, y la protección ambiental.
La gobernabilidad efectiva es fundamental para el desarrollo y bienestar de una sociedad, por lo que es esencial abordar los desafíos y fortalecer las instituciones para construir un futuro más próspero y equitativo.
Algunos países que se destacan por su buen gobierno y pueden ser un ejemplo para México, son, Dinamarca, Nueva Zelanda, Canadá, Suecia, Singapur, Reino Unido y Alemania. Estas naciones ofrecen lecciones valiosas en áreas como transparencia, estabilidad política, protección de los Derechos Humanos y desarrollo económico sostenible, renglones importantes que México debería emular, para obtener mejores resultados.