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La acumulación de lodo y maleza dentro del bosque representa un espacio de riesgo para la población que lo utiliza como un lugar de esparcimiento familiar
OMAR MONTALVO
Ciudad de México.- Uno de los espacios naturales que fue rehabilitado en los últimos años fue el Bosque de Tláhuac, pero en el proceso de recuperación de sus lagos, la población está expuesta al peligro ante la falta de señalamientos que alerten oportunamente del riesgo de caídas en el lago artificial que fue llenado con aguas negras.
Los visitantes que llegan al bosque de Tláhuac, ante una nula advertencia sobre el daño que se genera cuando acuden a pasear con sus mascotas, incluso en las orillas de los lagos, pone en riesgo la recuperación del área verde del bosque y los lagos.
En esta zona, la alcaldía y la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), han detectado la presencia de aves migratorias que no deben ser perturbadas por la fauna nociva. Sin embargo, ninguna de las dos instituciones, han colocado señalamientos para alertar los riesgos de una posible caída dentro del considerado humedal artificial.
El biólogo Kevin Aguilar, quien es visitante del Bosque de Tláhuac indicó que los lagos se rellenan de manera artificial con aguas negras y con lluvia.
“La descarga de contaminantes que tienen es dañina, ponen en peligro a sus mascotas y también a las personas”, dijo.
Además, explicó que pueden tener repercusiones severas en la salud y pidió respetar el área en recuperación, ya que está delimitada por un camino, y al ser lagos hechos de manera artificial pueden presentar hundimientos.
La advertencia que hace el originario de Santiago Zapotitlán recuerda los motivos por los que el lago artificial dentro del Bosque de Tláhuac estuvo seco por varios años. Primero en 2012 y después en 2017, como consecuencia de las grietas que se formaron por actividad sísmica en esos años.
Aunque es un área natural artificial, se ha convertido en un punto de descanso por fauna migratoria que contribuye a la recuperación del ecosistema, por lo que el biólogo, precisa que las pequeñas invasiones de visitantes con sus mascotas, es suficiente para asustar a las aves y alterar la recuperación de toda el área.
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