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Desde el Centro Histórico hasta Ojo de Agua. El rastro de los presuntos criminales quedó registrado y la coordinación entre autoridades policiales y de justicia llevó a la captura de los primeros de ellos.
Junto a la capacidad investigativa de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Fiscalía General de Justicia, la videovigilancia permitió la detención de tres sospechosos del ataque ocurrido el 17 de octubre contra la diputada Diana Sánchez Barrios y dos acompañantes en la calle Motolinía del Centro Histórico.
La SSC, encabezada por Pablo Vázquez, realizó labores de inteligencia policial para dar seguimiento a los atacantes a través de las cámaras del C2 y C5. Al trabajo de inteligencia policial se suma la coordinación operativa con la FGJ, bajo el mando de Ulises Lara, así como la voluntad de colaboración de autoridades mexiquenses.
A la ciudadanía mayoritariamente le interesa disminuir el espacio donde la actividad criminal se esconde de la videovigilancia. La Jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha calificado al Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano como “el observatorio de la ciudad” y ofreció elevar el número de cámaras a más de 140 mil.
En el Centro o en el feminicidio de la abogada penalista en la Roma, ocurridos el mismo día, el registro de las cámaras resultó fundamental.
En su desplazamiento, los atacantes fueron ubicados y detenidos en el municipio de Ojo de Agua, en el Estado de México. Desde la entidad, su C5, coordinado por Leslie Montzerrat Melchor Ibarra, revela también tecnología en apoyo de la seguridad.
El fortalecimiento de la videovigilancia es herramienta poderosa, aunque insuficiente: voluntad para la denuncia y para la acción institucional lo preceden.
El número de emergencias 911, la denuncia anónima al 089 o de violencia contra la mujer al *765 son palancas de poder ciudadano contra la impunidad. Observar y actuar: labor conjunta de ciudadanía y autoridades.
Por Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres