55 lecturas
Por Eduardo López Betancourt
La banca comercial en México se caracteriza por su opacidad y falta de regulación efectiva, permitiendo que familias adineradas y grupos de poder aprovechen los beneficios del sistema financiero para sus intereses personales.
Son pocas las instituciones financieras que controlan gran parte del mercado, por lo que, abusando del lugar que ocupan, tienen falta de transparencia en sus operaciones, además de ser complejas, permitiendo así prácticas abusivas y lavado de dinero, sin dejar de lado el acceso restringido, con créditos al que difícilmente pueden acceder pequeñas empresas y familias. Nótese, los beneficios son para unos pocos, mientras la mayoría sufre y si es que por casualidad llegan a obtener un crédito, los intereses a cubrir son exorbitantes, por lo que afectan la economía familiar y empresarial.
Es tiempo de proponer una Reforma bancaria integral que fortalezca, regule y supervise la transparencia y la correcta rendición de cuentas; como consecuencia, el acceso a los productos bancarios será equitativo, separando la banca comercial y de inversión.
Existen infinidad de ejemplos de irregularidades bancarias, entre los más sonados tenemos, el Caso Odebrecht, que expuso el lavado de dinero y corrupción; en el Caso Higa, se usó a las instituciones bancarias para evadir impuestos, y no podemos olvidar las veces en que los bancos se han visto involucrados en operaciones del narcotráfico.
Todos estamos obligados a informarnos, Investigar y conocer los derechos que tenemos como consumidores, tales como denunciar o reportar irregularidades ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), o el Instituto Nacional del Consumidor (INDUCOM), también, unirnos a movimientos que exigen reformas bancarias, con manifestaciones pacíficas, en las cuales bien se pueden pedir reformas legales, transparencia de la ley bancaria, regulación estricta del lavado de dinero, separación entre banca comercial y de inversión, acceso equitativo al crédito y protección al consumidor.
Insistimos, es hora de demandar cambios para un sistema financiero más justo y transparente en México.