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Por Salvador Guerrero Chiprés
Ha sido una mujer de lucha, impulsora de la cultura en el más amplio de los sentidos, desde el arte hasta la férrea voluntad por dar esperanza y calidad de vida.
En diciembre de 2018, cuando llegué a la presidencia del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, Beatriz Mendívil Gutiérrez era la única mujer consejera en un tiempo previo al tiempo de mujeres de la actualidad. A su manera, abrió camino; ahora son 13 consejeras y ella es la más experimentada de todo el grupo.
Ya entonces su liderazgo y altruismo eran reconocidos en la Ciudad de México. Su residencia en Lomas de Chapultepec, la cual formó junto con su esposo Ignacio Holtz Hale fallecido en octubre de 2022, era y es considera la casa Art Nouveau más grande del mundo.
Bea, como la llaman en 50+1, la asociación de mujeres de la cual es fundadora y presidida actualmente a nivel internacional por María Elena Orantes López y en el país por Claudia Corichi García, recibió la semana pasada el reconocimiento Excelencia Mujeres 2024, por su labor en el trasplante de órganos.
Más de mil 500 personas beneficiadas de la generosidad, visión y sentido de organización de quien donara uno de sus riñones a su esposo para darle vida por más de 25 años.
Celebrar a quienes como Beatriz contribuyen desinteresadamente al bienestar de otras personas es una forma de reconocer las grandes oportunidades de avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.
En la Ciudad de México y en el país se vive un tiempo de mujeres en todas las dimensiones. La primera Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, así como la capacidad de liderazgo y de creatividad estratégica de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, estimulan e impulsan a generaciones futuras.
Al recibir su reconocimiento, Bea —en quien su esposo se inspiró para escribir el libro El riñón de Beatriz—, reiteró un énfasis de vida: garantizar una oportunidad a niñas y adolescentes.