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Por Salvador Guerrero Chiprés
La capital nacional potencia su momento socioeconómico y deportivo: su gran Premio de México desde la CDMX para el mundo y el balón del mundial en pleno tiro a gol global.
Aún antes de salir de los pits, las expectativas son favorables frente al Gran Premio Fórmula 1: una derrama cercana a los 18 mil millones de pesos, de acuerdo con estimaciones del presidente de la Canaco, José de Jesús Rodríguez Cárdenas.
La efervescencia ciudadana es local y global, con una ocupación hotelera de 95 por ciento en los alrededores del Autódromo Hermanos Rodríguez.
Realizar eventos deportivos y culturales como atracción para el turismo nacional y extranjero distingue a una ciudad donde conviven programas sociales de acceso universal, el democrático futbol y el apetito de segmentos de las élites.
Una muestra es el Pabellón de la Ciudad, al que acudí mientras era inaugurado ayer por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, junto con la secretaria de Turismo, Alejandra Frausto; el presidente de la F1, Alejandro Soberón, y el director general de F1, Federico González.
Ayuda el despliegue de dispositivos tecnológicos para nuestra certidumbre, entre ellos las unidades móviles del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano, el C5, o los operativos desplegados por la SSC a cargo de Pablo Vázquez.
La oferta turístico-deportiva se fortalece en su variedad aún antes de que el balón empiece a rodar. Anticiparse estratégicamente a la jugada es una de las claves exhibidas por el equipo de Brugada para la organización del Mundial de Futbol 2026, a realizarse en tres países —Estados Unidos y Canadá además de México— y las expectativas de al menos cinco millones de turistas.
La capital nacional se posiciona como el ombligo del mundo y se pone en modo on fire.