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Las tensiones internas en Morena han aumentado debido al control del partido estatal, lo que ha puesto en jaque la estabilidad de su gobierno.
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
A pocos meses de haber asumido el cargo como gobernadora de Morelos, Margarita González Sarabia enfrenta una crisis de liderazgo dentro de su propio partido, luego de que las tensiones internas en Morena han aumentado debido al control del partido estatal, lo que ha puesto en jaque la estabilidad de su gobierno.
Uno de los factores para que se dé esta lucha interna es la influencia de su exesposo, José del Carmen Enríquez Rosado, alias Carmelo, como se le conoce, en estas luchas internas es un factor clave.
Carmelo, miembro de los grupos más radicales de la izquierda, ha intentado imponer a Denisse y Tadeo Nava en la presidencia del partido estatal, maniobra que ha generado rechazo entre los consejeros, quienes consideran que las designaciones deben hacerse de manera democrática.
Ulises Bravo, actual presidente estatal del partido ha sido uno de los principales obstáculos para los planes de Carmelo, ya que bajo su liderazgo Morena logró consolidar su triunfo en Morelos.
Los rumores sobre presiones para apoyar a los candidatos de Enríquez Rosado han alimentado aún más las tensiones dentro del partido, pues fuentes cercanas al proceso han hecho ofrecimientos de puestos y favores a cambio de lealtades, lo que ha generado descontento entre los cuadros partidistas. Esta situación amenaza con fracturar al partido en un momento clave para su consolidación en el poder.
Con la actualidad política del partido en el poder en la entidad, el liderazgo de González Sarabia está en entredicho y la falta de una estrategia clara para manejar las tensiones internas podría debilitar su administración.
Morena, que alguna vez fue visto como el partido del cambio en Morelos, ahora enfrenta el riesgo de perder su unidad, lo que podría tener graves repercusiones en el futuro político del estado.
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