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Por Eduardo López Betancourt
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las instituciones educativas más importantes del País, se encuentra en una situación crítica. Según el prestigioso ranking de Times Higher Education, la UNAM ocupa el lugar 170 entre las mejores universidades del mundo, sin embargo, es común escuchar que la universidad se encuentra dentro de las primeras 100, lo cual es mentira.
Times Higher Education es una de las organizaciones más respetadas y reconocidas en la evaluación de la calidad de las universidades a nivel mundial; su ranking es considerado uno de los más serios y confiables, ya que, se basa en indicadores objetivos y rigurosos, como la reputación académica, la investigación, la internacionalización y más.
La UNAM está en decadencia debido a una mala administración, producto de la evidente antidemocracia. Un grupo de 15 personajes, ajeno a los intereses de la universidad, ha tomado el control de la Institución, creando un ambiente de tiranía y oligarquía. Los cargos se otorgan a amigos y familiares y, los directores son “caciques” de cada una de sus escuelas, facultades o centros de investigación.
Al respecto, la democracia es fundamental en la academia, ya que permite la libre expresión, la diversidad de opiniones y la participación de todos los miembros de la comunidad en la toma de decisiones. La falta de democracia en la UNAM ha llevado a la persecución de aquellos que tienen opiniones distintas, creando un ambiente de intolerancia y miedo. La UNAM debe ser transparente en su gestión y rendir cuentas sobre el presupuesto que recibe. La falta de transparencia y la corrupción han llevado a una crisis de confianza en la institución.
La UNAM debe dejar de lado las mentiras y enfrentar la realidad.