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Estudio revela precariedad laboral en México

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De los 22.3 millones de personas con trabajo formal registradas en el IMSS, el 56% (12.4 millones) no perciben un salario digno

JUAN R. HERNÁNDEZ

Ciudad de México.- En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el Observatorio de Trabajo Digno presentó su primer informe del “Termómetro Salarial“, un análisis detallado sobre los niveles salariales del empleo formal en México.

Este reporte basado en datos oficiales del IMSS, revela que más de la mitad de los trabajadores formales en el país carecen de un salario digno. Los hallazgos destacan la gravedad de la precariedad laboral, incluso en empleos registrados y supuestamente protegidos por la formalidad.

La realidad del salario en México

De los 22.3 millones de personas con trabajo formal registradas en el IMSS, el 56% (12.4 millones) no perciben un salario digno. De este grupo, 8.1 millones (36%) ganan salarios de pobreza, es decir, su ingreso no alcanza para cubrir el costo de dos canastas básicas. Otros 4.4 millones (20%) tienen salarios de “sobrevivencia”, ligeramente superiores al monto para superar el umbral de pobreza, pero aún insuficientes para llevar una vida digna.

El informe también destaca que las mujeres y los jóvenes de entre 15 y 29 años enfrentan una mayor vulnerabilidad salarial. El 60% de las mujeres y el 65% de los jóvenes carecen de salario digno, y el 38% de las mujeres y el 40% de los jóvenes ganan salarios de pobreza.

Diferencias por sector y región

La precariedad salarial no se distribuye de manera uniforme. Las pequeñas y microempresas son las principales generadoras de empleos mal remunerados: el 79% de sus trabajadores no reciben un salario digno, y el 63% gana salarios de pobreza. En contraste, las empresas grandes y medianas, aunque mejor posicionadas, también son responsables de la mitad de los salarios de pobreza en el país.

Los sectores económicos con mayor proporción de salarios de pobreza incluyen los servicios domésticos (72%), la industria restaurantera (67%) y la fabricación de calzado (63%). En cambio, las industrias eléctrica, bancaria y automotriz son las que ofrecen mayores porcentajes de salarios dignos.

El informe resalta el caso de Baja California, donde el incremento al salario mínimo en la franja fronteriza ha erradicado los salarios de pobreza en gran medida. Este éxito sugiere que un ajuste similar en el resto del país podría ser crucial para combatir la precariedad salarial.

El informe del Observatorio de Trabajo Digno subraya que el empleo formal no garantiza, por sí solo, un salario que permita superar la pobreza. Ante esta realidad, se propone un aumento sustancial al salario mínimo general para 2025, equiparando su valor al costo de dos canastas básicas, y un plan gradual para alcanzar la meta de 2.5 canastas básicas en 2030, conforme al compromiso de la presidenta Claudia Sheinbaum.

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