320 lecturas
Pidió decir unas palabras, pidió ser presentado vestido con traje y no como lo que es, un delincuente en el día de su sentencia que según se afirma será de entre 20 años a cadena perpetua ; a esto quizá se aúne una multa por 5 millones de dólares ya que según se denunció, el reo sigue teniendo acceso a la fortuna amasada durante su cargo como funcionario público mexicano (¿será parte de las cuentas que Norma Piña descongeló a la esposa de García Luna, Linda Cristina Pereyra, o hay más cuentas secretas?). Encontrado culpable por 5 delitos: participación en una empresa criminal que continúa su actividad; conspiración para distribución internacional de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína con intención de distribuirla, conspiración para la importación de cocaína y falsedad documental.
El silencio de Luisa María (Cocoa) Calderón, señalada por “La Tuta” de pedirle “favores”, denunciado por el periodista J. Lemus Barajas (cuya denuncia le costó durante el gobierno de Calderón, la cárcel, tortura y atentados), contrasta con el de su hermano Felipe (El Oscuro, diría Olga Wornat) quien se ha llenado la boca exponiendo en la red “Yo sí combatí a la delincuencia y el crimen organizado con toda la fuerza del Estado, porque eso es lo correcto, (…) lo que causa la violencia no es combatir a los criminales, sino dejarlos apoderarse del país (…)” es un curioso intento de deslinde de quien fue jefe del que hoy se sentencia, el “super policía” de Felipe Calderón quien con su anuencia dejó que el cártel de Sinaloa se apoderara del país, mientras Calderón jugaba a las guerritas con la población y la llamaba “daños colaterales”
Se ha vuelto una frase común el decir: “lo niego calderónicamente” como una ironía a lo que Calderón sabía y negó conocer de García Luna y de Cocoa, pero que permitió y hasta fomentó. Negar lo obvio no lo exime de responsabilidad y la sentencia de García Luna, será también la sentencia de uno más de los vende patrias, saqueadores e infames presidentes que hemos tenido y que, desde el exilio y cobijado por la ultraderecha española, juega al ingenuo en un afán de seguir “quedando bien” con sus jefes. La sentencia de hoy no solo será para García Luna, y Calderón lo sabe.
Ana maría Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez