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Afectados piden el cese a la persecución política además de castigo a los funcionarios responsables; añaden que los policías del MP en Tlalpan los torturaron y buscaron violar a detenidas
Omar Montalvo
Ciudad de México. – A un mes de la represión que vivió la población de San Gregorio Atlapulco en la alcaldía Xochimilco, los principales afectados revelaron ante el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, que hay dos denuncias que persiguen políticamente a los defensores de la comunidad originaria, más de 30 testimonios de agresiones que incluyen relatos con amenazas de violación y desaparición forzada.
La activista integrante de la Asamblea de San Gregorio, Hortensia Telésforo, reveló “lo que nos tiene muy preocupados es el hostigamiento que tenemos varios miembros de la Asamblea General del pueblo, pero es un hostigamiento extrajudicial. Hay vigilancia a los miembros de la Asamblea”, relató la activista que es víctima de una denuncia por presunto despojo, que ordenó la alcaldía Xochimilco mientras gobernó Onésima Delgado.
Las exigencias de los afectados es que las autoridades del nuevo gobierno capitalino y en Xochimilco, es que detengan la persecución política y se inicien sanciones contra los autores intelectuales: Francisco Pastrana, ex director Jurídico en Xochimilco, José Carlos Acosta, exalcalde y ahora diputado federal, Juana Onésima, ex encargada de despacho, Victor Hugo Muñoz, ex director de Gobierno en la alcaldía, Guerrero De la Cruz, ex director de Medio Ambiente en la demarcación y Trinidad Jardines Castillo, subdirectora de mantenimiento.
Este espionaje en contra de la población de San Gregorio es consecuencia de que no lograron detener a ningún activista.
El pasado 5 de septiembre colectivos de comunidades originarias en Xochimilco se manifestaron ante la alcaldía para exigir se detenga la persecución política, pues la representación tradicional de San Gregorio Atlapulco recuperó la biblioteca comunal que por muchos años fue utilizada por funcionarios de la alcaldía para hacer fiestas privadas.
El día de la protesta, un grupo de choque atacó a los inconformes, mientras que los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) detuvieron a varios activistas con la intención de fabricarles delitos.
Edgar Fernández del Observatorio Memoria y Libertad, fue uno de los detenidos por los elementos policiacos y llevado al Ministerio Público de Tlalpan.
En este trayecto relató que hubo tortura y todos fueron forzados a desnudarse “se denuncia tortura física, por los golpes con los escudos, con las botas, causando policontusión, narices rotas, costillas rotas; y relatorías que incluyen tortura sexual, desnudamiento forzado y amenazas de violación y la tortura psicológica, por las amenazas de desaparición”, declaró, y añadió que la oficina donde los detuvieron estaba llena de sangre.
Un integrante de la organización Coordinación Metropolitana Anticapitalista y Antipatriarcal que pide ser llamado como “Gato” relató que preguntaron sobre el lugar de traslado a dos mujeres policías.
“Las policías mujeres, hacen un comentario: si quisiéramos desaparecerlos, ya estaríamos durmiendo a estas dos; en referencia a las compañeras mujeres que iban detenidas”.