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Por Eduardo López Betancourt
Comienza un nuevo sexenio lleno de esperanzas y desafíos, donde la Dra. Claudia Sheinbaum, actual Presidenta, tiene la oportunidad de marcar su propio derrotero y evitar depender de la administración anterior. Sin duda debe trabajar para unir al País y promover la cooperación internacional, además de abordar temas torales, como la seguridad, la educación y la salud.
La historia ha demostrado que las mujeres en el poder pueden hacer una gran diferencia, por lo que la Jefa del Ejecutivo, debe asumir su cargo con responsabilidad y visión; es hora de tener esperanzas en que el nuevo gobierno pueda hacer las cosas bien y superar los retos que enfrenta México, donde la unidad, la cooperación y la visión, son fundamentales para construir un futuro mejor.
La nueva Mandataria debe fortalecer la institucionalidad y la democracia, promover la justicia y la igualdad, impulsar el desarrollo económico y social, sin dejar de lado temas como la problemática de la migración, fortificar la relación con Estados Unidos e impulsar la integración regional. Es hora de unir fuerzas y trabajar juntos para construir un México próspero y seguro.
La Dra. Claudia Sheinbaum puede hacer historia y dejar un legado positivo para generaciones futuras.
Es evidente que hay, como en todo, optimistas, pesimistas y hasta indiferentes. Los primeros muestran gran emoción y entusiasmo por lo que consideran un futuro halagüeño, lleno de éxitos; por el contrario, los hay con pensamientos amargados, llenos de dudas y con sentimientos nada positivos. También existen indiferentes, a quienes poco les importa México. Este es el reto de la próxima Mandataria: dar confianza, unir, presentar planes y proyectos de gran envergadura y, al final, escribir su propia historia, sin marginarse de lineamientos ideológicos que le son propios, pero mucho más, bajo el estricto respeto que le merecen infinidad de puntos vista. Nuevo gobierno, nuevas esperanzas.
