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Por Juan R. Hernández
Conforme se acerca la ceremonia de transición de poderes, los grupos antagónicos y pro 4T comienzan a caldear sus ánimos. La reciente agresión al presidente Andrés Manuel López Obrador en Veracruz es la viva imagen de que en el Poder Judicial hay grupos que buscan, “a como dé lugar, que arda el país”, con tal de seguir gozando de sus privilegios y de las herencias familiares.
La idea de este grupo extremista es simple: evitar que la doctora Claudia Sheinbaum tome posesión como presidenta de México. Ya se la “están curando en salud” para deslindarse de los posibles actos de violencia que surjan en el camino.
Basta recordar la violenta toma del Senado de la República y los bloqueos a la Cámara de Diputados. Gracias a las benditas redes sociales y a la soberbia de algunos actores del Poder Judicial, buscaban vestirse de héroes con estas protestas. No olvidemos la famosa frase de una líder sindical: “que sesionen en el infierno”.
Ya se están organizando para que el 1 de octubre se impida la llegada de la comitiva presidencial, a pesar de lo que diga Patricia Aguayo. Al inicio de la semana, el secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz Suárez, compareció ante el Pleno del Congreso de la Ciudad de México por la Glosa del Sexto Informe de Gobierno.
Su informe fue criticado por la bancada del PAN, que señaló que la corrupción en la CDMX tiene un costo de $6,471 por víctima, el más alto del país. También condenaron que “vivimos en la peor etapa de esta ciudad”, evidenciando violaciones a los derechos humanos.
La realidad es que hay grupos que ya se están frotando las manos para que el 1 de octubre sea una jornada turbia; sin embargo, olvidan un gran detalle, la civilidad del Pueblo de México que también saldrá a las calles a defender el gobierno que ellos eligieron el pasado 2 de junio.